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Guardián

Feb 24, 2021 | 2 Comentarios

Debo confesar que desconozco la actual normativa sobre mascarillas. Sé que debo colocármela si me encuentro a menos de metro y medio de alguien, al acceder a un bar, en el transporte público, en un supermercado y muy poco más. Realmente, las idas y venidas de las interminables y cambiantes normas implantadas por las diversas adminstraciones han llegado a tal nivel de absurda saturación que, por salud mental (tan importante como la física), prefiero no consultarlas. Algo, en mi caso, totalmente lógico porque la mayor parte de mi tiempo la paso en casa.

Ayer sin embargo, decidí caminar unos cuantos kilómetros. Suelo hacerlo por la playa, pero ayer me decidí por la carretera. Lo que provocó que me encontrara unos cuantos policías patrullando en sus coches. Como actualmente, La Manga es un desierto, lógicamente anduve durante horas en casi total soledad. No atisbé más de treinta o cuarenta personas en mi caminata. Ciertamente, fue un placer esta salida. Me ayudó enormemente. Aunque no deseaba hoy referirme a este hecho sino incidir en esta distopía que se ha convertido en nuestra nueva normalidad y que produce situaciones inquietantes e inexplicables para cualquiera un año atrás.

En un momento dado, me crucé con una patrulla de la Guardia Civil estratégicamente situada tras una curva. Obviamente, llevaba la mascarilla colgada del cuello pero no colocada en mi rostro. ¿Estamos locos? Al fin y al cabo, caminaba en un espacio abierto en total soledad. Pero debido a que los gendarmes comenzaron a mirarme insistentemente y a que, reitero, que no conozco bien la normativa sobre esta cuestión, comencé a ponerme nervioso. ¿Estaba cometiendo yo alguna falta? Meses atrás, seguro que no. Lo había leído en los periódicos. Se puede caminar en soledad sin mascarilla. Pero ¿a día de hoy? ¡Ni idea! Un minuto después, la patrulla puso en marcha el coche. A trescientos metros hay un desvío donde dar la vuelta. Estaba seguro que lo tomarían y vendrían a multarme. Así que continué caminando hacia delante sin volverme a mirar atrás aguardando escuchar el ruido del motor de un momento a otro. ¿Serían compasivos estos guardias? ¿Me permitirían hablar con ellos? Muy probablemente no. Por lo que palpé mi cartera buscando mi DNI para mostrarlo y acabar con el trámite cuanto antes. ¿A cuántos euros ascendería la sanción?

Pasados dos minutos, respiré (nunca mejor dicho) tranquilo. No había afortunadamente noticias de la patrulla. Y continué mi paseo en paz sin dejar, eso sí, de encontrarme sorprendido por una situación absolutamente inverosímil hace un año. Tanto que esta mañana no he podido evitar preguntarme si lo que estamos viviendo es real. Unos minutos después, alguien compartía en facebook un vídeo en el que un señor se jactaba, tras proferir una y otra vez lo indignado que se sentía por su insolidario comportamiento, de haber golpeado a su vecino por haberlo visto correr varias veces sin mascarilla a través de las calles de Barcelona. ¡Por correr! Así que ahí tenía la respuesta.

Esta distopía no aparece en los libros o en pantalla sino en los periódicos y nosotros la protagonizamos y sufrimos. Lo más triste es que ya ni nos damos cuenta. Estamos completamente habituados. Supongo de hecho que habrá gente que lamente que no me hayan sancionado. Yo la verdad sigo desconociendo la normativa. ¿Qué más da? Creo que el mero hecho de pensar que existía la posibilidad de que me multaran por caminar al aire libre en total soledad es un castigo más que suficiente. Shalam

التملق أيضًا يولد الوفاق ، ولكن من خلال رذيلة الخنوع أو الغدر المثير للاشمئزاز.

La adulación engendra la concordia a través del repugnante vicio del servilismo o de la perfidia

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen:…..alejandro, quien e este «pasma» americano?…..
    2ºimagen:……el policia le dice al del coche: usted piensa que yo se lo que estoy haciendo?….pues obedencia y nada mas(sociedad militarizada) diria el policia si es que es policia pensante……
    PD:……o tambien todos con escafandra….sonrisa…..(ahora que se han separado «daft punk»)…….

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    • Mercader

      1) Es el policía cabroncete, persistente y orwelliano que aparece en La ley de la calle. 2) ¿Donde esconde la droga? ¿A quién esconde? Todos los ciudadanos gritan a coro: ¡Viva el control! PD: sería genial todos con escafandra o casco espacial. Sí. jajajajaj

      Responder

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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