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La misión

Mar 17, 2022 | 3 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado en este caso a La misión; la película dirigida por Roland Joffé. El cual recomiendo leer escuchando uno de los temas que aparecen en la famosa banda sonora de Ennio Morricone: «Penance».

La misión

La misión es un filme sobre el que, a día de hoy, resulta difícil hablar. Creo que por ser una obra que cautivó a múltiples espectadores por su discurso moral. Muchas personas la contemplaban y se sentían más buenas después de hacerlo. Iban a ver La Misión como quien comulga en misa. De un modo parecido a quienes asistian a los conciertos de U2 o los organizados por Amnistia Internacional y levantaban sus manos unidas en torno a una bandera blanca. En peregrinación. Casi más por religiosidad o impulso de comunión colectiva que para vivir una experiencia artística. Por supuesto, quienes  disfrutaban entonando «Biko»  y «Mandela’s day» junto a Peter Gabriel y Simple Minds también se complacían participando en la comunión religiosa que ofrecía el filme de Joffé.

Tampoco por cierto ayuda a hablar de La misión el hecho de que la banda sonora compuesta por Morricone se haya convertido en un acontecimiento que lo mismo es factible escuchar en anuncios de televisión o en hilos musicales de ascensor y aeropuertos. A estas alturas, siendo enormemente bella, debido a su sobreexposición, esa banda sonora se ha convertido en un cliché. Un perfume sonoro que no invoca búsqueda alguna sino que más bien apela al conformismo moral y estético.

Asimismo, tampoco favorece cualquier comentario el hecho de que una de las bazas fundamentales de la película radique en los fascinantes paisajes retratados. La misión es una de esas películas que conquista por la belleza con la que retrata los exteriores. Bastan dos planos de las cataratas de Iguazú para asombrar al espectador. De hecho, creo que en la película podría no aparecer nada más y muchas personas habrían estado de acuerdo en que tenía sentido pagar una entrada por contemplar aquellas colinas, arrecifes, cascadas y selvas.

Otro aspecto que tampoco le favorece a La Misión es su visión rousseaniana de los indígenas americanos. En cierto sentido, la gran mayoría de los que aparecen allí son buenos salvajes y su actitud poco rencorosa y generosa contrasta completamente con la de los tratantes de esclavos y los soldados españoles y portugueses. Presentados casi como demonios sin alma.

Tampoco le ayuda a La misión el hecho de ser un filme anti-nitzscheano. Muy poco nihilista. Actualmente, si una película desea ser creíble, conectar con el inconsciente colectivo occidental, ha de ser destructiva. Poner el foco en lo negativo. El fin. El reino zombi cotidiano. Nos sentimos más identificados con Apocalipsis caníbal que con La misión. Y aunque el filme de Joffé no es precisamente optimista sí transmite suficientes buenas vibraciones como para desentonar entre las habituales sombras económicas, políticas y sociales que han convertido los relatos de Lovecraft en papilla infantil del ciudadano actual y al petróleo en una herramienta al servicio del Maligno.

Si bien estoy de acuerdo en todas estas afirmaciones, creo que también lo estaría si se les diera la vuelta. Porque precisamente son todas ellas en su conjunto las que hacen necesario contemplar de nuevo La misión. Un filme definitivamente a contracorriente que intenta rescatar posos de humanismo en la conciencia moderna. Allí donde no hay más que jaulas y bombas. Mentiras y violencia. Manipulación y placer sin freno. En un momento en el que la religión y la iglesia son una mezcla entre focos de abyección al servicio del poder e inagotables baluartes defensivos frente al individualismo hedonista, resulta realmente aleccionador la visión que presenta Joffé de la orden jesuita.

En realidad, La misión es una mezcla muy equilibrada entre un filme espectacular y otro de autor. Posee dos escenas de esas que se quedan para siempre grabadas en el cerebro (la del padre Gabriel (Jeremy Irons) rodeado de indígenas mientras toca un oboe y la del capitán Rodrigo Mendoza (Robert de Niro) expiando sus culpas cargando sus armas por territorios escarpados) y la suficiente habilidad para no convertirse en una obra completamente maniquea. De hecho, en cierto sentido, es ambigua. Presenta a partes iguales trozos del paraíso y del infierno.

En cualquier caso, si bien La misión no es un filme nihilista, sí es escéptico. Entre lo que ocurre en La misión con las misiones guaraníes y en Verano azul con el barco de Chanquete no existen tantas diferencias. Únicamente que en el filme de Joffe el cántico de «No nos moverán» no sirve de mucho. Y tampoco la valentía y el honor como deja claro la mirada desesperanzada del capitán Rodrigo Mendoza; interpretado por un Robert de Niro que aún no había caído en el bucle fatal en el que entraría en los 90 y todavía consideraba su trabajo como un acto sagrado.

De hecho, su presencia llena de ira, rabia, locura y contradicciones el filme convirtiéndose en el engranaje más humano del mismo. Creo no equivocarme si afirmo que si con alguien nos identificamos actualmente los espectadores es con su papel. Un personaje que, sin dudas, el mismísimo Joseph Conrad habría disfrutado de crear y desarrollar. Porque desprende tanto luz diabólica como angélica. Su corazón vibra entre las tinieblas y los resplandores la fe. Es un hombre que preanuncia todos los abismos entrevistos por Nietzsche en el cristianismo y, al mismo tiempo, los soslaya. Shalam

الأمل هو فطور جيد ، لكنه عشاء سيء

La esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena

3 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen….hojas gigantes delante de la cueva vs la bruma………..o por las malas!…..
    2ºimagen…..la cara del religioso es inexpresiva……….
    3ºimagen…..muchos precolombinos junto con 2 europeos van de un sitio a otro……
    4ºimagen…..se me paso el aceite!…sonrisa….
    5ºimagen…..la flauta magica vs el condor pasa………
    6ºimagen…..seis objetos de parafernalia catolica vs un incendio…..
    PD….https://www.youtube.com/watch?v=fxLo1zLGOG0….cafrune y marito(ese joselito español) ..virgen morenita.

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Don Juan de los infiernos. 2) Rafting antiguo. El origen del deporte olímpico. 3) El origen del remo. Entrenamiento antes de competición. 4) El paso del bastón chamánico. Aceptación en la tribu. Escena citada en un libro de Marvin Harris. 5) Con el oboe se conquista a los indígenas coo si fueran serpientes. Pierden la conciencia. Hamelin en la selva. 6) Imagen icónica que imita algunas clásicas renacentistas y se cuelga en colegios en los que se promulga la teoría de la liberación en Hispanoamérica. PD: Atahualpa.
      https://www.youtube.com/watch?v=noPUoRgGy0E&ab_channel=luzazulprod

      Responder
  2. andresrosiquemoreno

    guapissssimo atahualpa yupanqui…….

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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