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Cielo e infierno

Oct 8, 2017 | 0 Comentarios

Heaven and Hell no es un disco. Es un monumento. La Biblia del heavy metal. Un muro de sonido que consiguió lo que parecía imposible: que los fans de Black Sabbath se olvidaran de Ozzy Osbourne y disfrutaran con el primer gran giro de timón del grupo británico.

Black Sabbath es una banda fundamental, esencial para el heavy metal. Con su primer LP se lo inventaron y con Heaven and Hell lo condujeron a la madurez. Le dieron su forma canónica y definitiva. En Heaven and Hell hubo muchas novedades. Obviamente, la mayor fue la intervención de Ronnie James Dio. Un entrañable elfo que con su voz logró sobredimensionar los infernales riffs compuestos por Tony Iommy. Convirtiendo cada canción en una oda infinita cuyos acordes eran propulsados por el firmamento con tremenda fuerza.

Dio consiguió llevar las composiciones de Black Sabbath a otra dimensión. Hacerlas suyas, proporcionando rotundidad y poesía a una obra destinada a convertirse en un clásico. La típica referencia en la que cientos de bandas nuevas se apoyaron para crear e intentar trazar nuevos rumbos musicales. Uno de esos árboles que permanecerá durante décadas anclado en el mismo lugar y sólo podrá ser derribado usando artillería explosiva.

Ozzy Osbourne era un brujo. Su voz convertía los LPs de la banda inglesa en aquelarres. Ozzy cantaba como si estuviera siendo quemado en una hoguera o fuera un espíritu encerrado en una cárcel eterna. Su garganta es prácticamente el reflejo de la risa del diablo. La carcajada de un ángel travieso. Pero en Heaven and Hell, Dio logró algo que el histriónico cantante nunca logró hacer: recorrer cielo e infierno. Ser ángel y demonio a la vez. De hecho, a veces parece un santo enviado por dios trayendo misericordia, justicia a los seres humanos y otras, un demonio que está mostrando a los oyentes de este abismo sonoro las profundidades de los infiernos.

Dio no canta en este disco. Levita. Transformándose en el Frank Sinatra del heavy metal. La VOZ de todo un movimiento que tiene aquí una de sus incontestables Biblias. Uno de esas obras que, en caso de que el oyente empatice con ella, golpean directamente el rostro. Pues es un disco que no cesa de volar por mundos fantásticos pero se encuentra, a su vez, sólidamente asentado en el suelo. Es un agujero terrenal y celeste. Un trocito de ruido que lo mismo podría escucharse en una iglesia que en un barrio marginal como podría ser la banda sonora de una película de espada y brujería.

Heaven and hell es un disco místico no necesariamente (que también) por la temática de sus letras sino porque fue compuesto cuando la música era todavía considerada sagrada para muchas personas en este planeta. Algo trascendente que conectaba al ser humano con una parte íntima y perdida de su ser.

Heaven and hell parece haber sido grabado, de hecho, en una catedral. Es un LP que recuerda a los viejos libros religiosos y profanos protagonizados por santos y demonios. Yo lo considero una obra beata y demoníaca. Un puñado de canciones que pretendían no tanto sentar cátedra sino crear culto. Transformar a sus oyentes en fieles arrodilllados durante la celebración de una misa.

Heaven and hell es una puñetera apisonadora. Una serenata maligna que debería ser escuchada en una ciudadela medieval para ser comprendida y disfrutada totalmente. Un disco valiente y orgulloso. La batalla entre un dragón y un león alado en medio de una tormenta. Una obra que, más que modernizar el nombre de Black Sabbath y darle a la banda la relevancia que había perdido en sus últimos años por diversos motivos, lo eternizó. Lo convirtió en una referencia inamovible y sagrada al superar límites prematuramente fijados para un grupo destinado a la leyenda desde que surgió.

Heaven and hell tuvo además la fortuna de ser ilustrado con una de las portadas más gloriosas de la historia del rock. Una corrosiva genialidad que sería hoy probablemente censurada, la cual refleja muy bien el contenido de un disco majestuoso capaz de hacer que los ángeles dejaran sus labores de rescate humanas por unos minutos para fumarse un pitillo escuchándolo. Algo lógico porque, al fin y al cabo, Heaven and hell es una oda mágica cuyos sonidos evocan mundos ultraterrenales. Es un peligroso ritual pagano realizado ante un auditorio repleto de clérigos masturbándose. Shalam

                                                      إِذَا عَمَّتِ الْمُصِيبَةُ هَانَتْ

Existen dos maneras de ser feliz en la vida: hacerse el idiota y serlo

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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