AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Música E Dick el Demasiado: el hombre que no supo quién fue Liberty Valance

Dick el Demasiado: el hombre que no supo quién fue Liberty Valance

Mar 22, 2015 | 0 Comentarios

Hace varios años tuve la oportunidad de entrevistar para la revista El coloquio de los perros a Dick el Demasiado. Un lunático que ha sabido condensar las mejores enseñanzas de la música disco, el reggaeton y los experimentos vanguardísticos con un toque kitsch realmente seductor.

Ahí la dejo:

Dick el Demasiado: el hombre que no sabía quién era Liberty Valance. 

El coloquio de los perros:  Dick, comenzando, discúlpame, pero me interesa saber cual es tu bebida favorita.

Dick: ¿Mi bebida?. La verdad que cuando quiero verdaderamente beber algo… whisky.

ECP: Y de niño, ¿cuál era la comida  que te gustaba más?

Dick: ¿De niño? La fruta.

ECP: Realmente, estas preguntas te las hice porque estaba interesado en conocer qué era para ti la fanta maría (título de una de las más sabrosas canciones de Dick).

Dick: La fanta maría es… como se dice… cuando se juntaron todo lo que tiene burbujas en la bebida (sinónimo de algo que intenta excitarte con mentiras) y esos colores tan llamativos que resultan ser tan venenosos. Realmente, comprendí lo venenoso que era la fanta maría cuando me di cuenta que el museo de niños en Buenos Aires tiene una plaza coca-cola y ahí me pareció que se habían pasado extremamente de la raya toda la industria de lo efervescente, de lo bebible. Entonces, la fanta maría es el símbolo del juguete anestesíaco.

ECP: Y ya sin seriedades ni bromas, ¿cual era tu bebida favorita de la infancia?

Dick: Ja,ja. Tengo que aceptar que estaba la coca-cola. Hay que aceptarse sufriendooo.

ECP: En realidad, estas preguntas las hago porque todos los personajes creativos en un momento han debido tener alguna experiencia en su infancia que les ha marcado. Y me gustaría saber si recuerdas algún momento en que pensaste que tu mirada se podía diferenciar de la de los demás. ¿En qué momento pudiste comenzar a tener una visión estética de la vida? Es decir, a fijarte en la rima de las palabras, en los descosidos de los pantalones.

Dick: En realidad, coincide mucho con lo de la fruta.  Ahora te lo digo. Mira, en realidad tengo bastantes recuerdos de mi infancia porque como viajaba mucho de niño y mi padre rodaba, me sobra material filmado de todos los períodos de mi juventud. Entonces, con veinte segundos de doble 8 te acordás de todo un año.  Hoy en día con el video, no podés imaginar que veinte segundos hacen tanto como recuerdo. En el tiempo en que una película de cine costaba muchísimo y duraba solamente dos minutos y medio se filmaban pedacitos nada más. Entonces, toda mi juventud está filmada en pedacitos de siete segundos sumando en total cuatro minutos. Pero solamente con eso me acuerdo de todas las personas que me rodearon, los países, vivencias, todo.

Y, respecto a tu pregunta, debo decirte que vivo en mi mente muchos recuerdos, pero uno de los más lejanos y que tiene que ver con esto, es el siguiente. Yo estaba viviendo en Guatemala de niño. Tenía dos años y medio más o menos y me acuerdo que estaba sentado en el jardín de mi casa y había un vallado elegante que me separaba del barrio salvaje de Guatemala, del barro y la confusión. Y pasó un mestizo con su carro, un caballo y dos ruedas y tenía solamente fruta y yo lo miré a él y él me miró a mí y paró su carro y tiró un ananás por encima del vallado y me lo tiró a mí y, a continuación siguió su camino sin cobrar.

Lo cierto es que esto siempre me impresionó porque ni siquiera lo podía contar en casa. Les traje el ananás y sólo yo (de entre toda mi familia) viví lo bondadoso de este gesto. Y luego, ahora, contando esta historia a los chicos con los que toco la guitarra, me decían: ja, Dick, ahí ya te estaban invitando a ser parte de América del Surrr.

¿Viste? Es la primera invitación. Es lindísimo. Es la primera mano que me dieron.

 

ECP: ¿tal vez «Hijo de fruta» es eso?

Dick: Sí. Ja,ja,ja. Yo muchas veces pienso sobre esta canción en los supermercados que fueron saqueados acá en Argentina en el 2001 pero también en esta historia de mi infancia.

ECP: Y, siguiendo con la infancia, ¿qué papel jugaron tus padres para construir tu personalidad artística?

Dick: Mis padres eran bastante valientes. Yo siempre fui consciente de los contextos en los que yo estaba desde muy pequeño. Sabía que vivía una vida lujosa y que a tres metros había un pobre al lado mío. No me daba vergüenza pero estaba muy consciente de esto, no era ciego a esta realidad. Y mis padres siendo de clase obrera holandesa se condujeron muy bien pues no llegaron a ser snobs ni intentaron en ningún momento explotar la situación. Se hicieron pagar bien, respetar, pero yo no vi ni que entraran en algo podrido ni me hicieran formar parte de esto.

ECP: ¿Entonces, toda tu infancia fue en Sudamérica?

Dick: Eh… Sí. A un año y medio me mudé a Guatemala. A los tres años y medio o cuatro a Holanda. A los seis me mudé a Argentina. A los doce me mudé a París. A los quince me mudé a Holanda, a los dieciocho a Sudáfrica y a los veinte años entré a la Universidad de París.

ECP: Buenco, así se entienden muchos aspectos de tu música, de tu arte.

Dick: Sí, además fíjate que muchos de esos viajes que se hicieron en esas épocas, en esos desplazamientos fueron en barco que también es un trance. Un viaje en barco de tres semanas en los años 60 es una terapia. Te curas o te curas. No puedes estar mal.

ECP: ¿Y alguna experiencia de adolescente que te marcara como aquella de la infancia?

Dick: Tengo muchas. Casi haberme ahogado en el río Paraná. Mira. Te puedo decir una que es muy fuerte. Yo tenía 12 años cuando estaba acá y me sentía o creía ya estar en plena vida. Pensaba que tenía 18 años y que en dos años más sería ya un gran jugador en la vida y estaba enamorado de una chica y pensaba que iba a ser mi mujer. Era una mujer sensual, tan jugosa como la cultura latinoamericana y estaba saliendo con ella durante cuatro meses, pero, de repente, en plenas vacaciones de verano, tuvimos que mudarnos y fue un shock. Fíjate. De un momento a otro, rompí ese amor, salí de vacaciones y entré en el invierno europeo, totalmente solo en una escuela de derechas conservadora para chicos únicamente en París. Y mira, yo volví a la Argentina 36 años después y, de repente, me sentí como cuando tenía 12 años.  Los 36 años se me borraron del cerebro. Vine a revivir un momento, aquello que me habían robado. Es fuertísimo. Si sacas a alguien en plena felicidad en un momento de su vida, lo podés distraer 36 años pero cuando vuelve… exige el derecho a recuperar esa felicidad que él tenía.  Y esto es lo que sucedió.

ECP: bufff. Increíble. Bueno, y cuéntame…  ¿cómo se va produciendo tu acercamiento a la música y cómo poco vas entrando en este mundo?

Dick:  La música yo siempre la viví como un placer con un gran abanico porque como viajamos muchos, mis padres tenían muchos discos y yo desde muy niño escuchaba marimbas de Guatemala, calypsos de Nigeria, calypsos de Trinidad, música irlandesa, música egipcia, imitación de jazz de New Orleáns, los fronterizos… entonces.. fue muy diverso y simultáneo al mismo tiempo. Lo que ahora se concibe como música del mundo y la gente coquetea que sabe un poco de Senegal y que también le encanta mucho el afro-peruano es ya como haberse comprado una cultura, pero yo la viví toda. Estuve nadando en eso. Entonces, por ese lado mi vivencia de la música fue extremamente variada y siempre tuve el deseo de hacer bandas sin necesidad de que se realizaran como construcción seria. Teniendo una batería yo ya estaba feliz.

ECP: ¿Y entonces cuándo pensaste que todo esto lo podrías aprovechar para realizar algo creativo?

Dick: Bueno. Yo siempre pensé que iba a tardar por lo menos hasta mis cuarenta o cuarenta y cinco años antes de que yo tuviese todo el terreno rodeado de lo que yo quería hacer. Y antes iban a ser todo excursiones. Lo había presentido. Sabía que solamente a esa edad madura, yo sabría el terreno que podría trabajar.  De hecho, yo me aproximé al arte a través del cine porque era el arte que yo pensaba más complicado. Mira, resulta que vengo de una familia de parte de mi madre que les va muy bien si hacen cualquier cosa. A un tío mío le das un clarinete y en tres días lo toca. Pero tres meses después pierde totalmente el interés y como yo no quería que esto me sucediera, elegí el arte que pensaba era más difícil –el cine- pensando que antes que supiera lo que era el cine, habrían pasado muchos años y no tres meses.  Así, pude concentrarme sobre un terreno.

De esta manera, anduve fascinado por el cine durante al menos veinte años ni siquiera sabiendo si era eso lo que quería continuar y así llegue a los 45 años por ejemplo.

ECP: ¿Y cuál fue la película o el director que más te influyó o marcó?

Dick: Fueron las películas de George Kuchar, un director underground americano de los años 60 que junto con su hermano crearon desde que tenían 12 años películas. Eran ficciones muy forzadas. No son historias naturales. Eran bizarradas totales pero, al mismo tiempo, eran muy sinceras, huían del efecto fácil y además estaban muy centradas hacia la música y el colorido. Ellos trabajaban el color con una película que se llama Kodakchrome que era el color de una película de aficionado y estaba hecha para que no hubiera copias. Entonces, los colores eran muy brillantes porque a los aficionados les gustan los colores brillantes. Kuchar y su hermano, sin embargo, hacían copias de estas películas también en kodakchrome y esto hacía que los colores fueran muy brillantes. El rojo era muy rojo, el verde era muy verde porque utilizaban la copia de Kodakchrome como una exageración más, la saturación de los colores. Y a su vez, editaban en sonido pedazos de musica.. sabes… muy … collage… y eso me enamoró del arte de la manipulación…. pues el cine es el arte de la manipulación…

ECP: Por cierto, según me dijeron, tienes una casa en Calanda. ¿Esto está relacionado con Buñuel y tu interés por el cine en aquellos momentos de tu vida?

Dick: Sí. Mira. Estuve manteniendo un grupo que se llama Instituto del Lunatismo Abordable con el que trabajé durante 10 años haciendo todo tipo de arte: performances, videos, cd-roms, radio… y en cierto momento yo necesitaba desviar todo ese potencial hacia Latinoamérica pero necesitaba una carretera para esto y para ello me fijé en Buñuel. Buñuel era un español que se había ido a México y había construido un puente. Además, su película más conocida era Los olvidados en México así que Buñuel me ayudó a desviarme y concentrarme de nuevo en Latinoamérica.

Y bueno, Buñuel es un genio por muchas razones: su manera de hacer cine obviamente pero también su acercamiento al método de la producción de cine o la manera en que vivió su vida.

ECP: Por cierto, Dick, dejando apartado el cine, ¿realmente, tu cómo te ves en el mundo de la música? Pero mas que en el de la música , ¿cómo te ves en la vida?

Dick: Estoy buscando un paralelismo entre el baile y la vida. Todavía no llegué a ello. Sin embargo, veo mucho ya. Cada vez estoy acumulando otro lápiz de color más y ya tengo 17 y necesito 24 pero voy llegando a esto. Coincide mucho con mi manera de vivir y con la manera en que yo me quiero acercar a problemas y la complejidad de hacer amigos y mantener actividades. Que sea un baile. Y, por cierto, llegué a mi trabajo a hacerlo también.

Por ello, el sello que creé, Tomenota records, tiene el logo de una tuerca que baila con un tornillo: es el deseo de sensualidad en un mundo mecánico.

ECP: Y bueno, hablando de todo un poco, ¿qué prefirías? ¿ser un personaje de lucha libre o un boxeador o qué deporte te gusta más?

Dick: Me gusta más ver lucha libre pero es más pantanoso que el boxeo. Me gusta el boxeo porque es menos de mi terreno pero me parece más franco exponerme aquí. La lucha libre es la guerra de Vietnam pero, sin embargo, el boxeo es más franco. Te enfrentas a tu enemigo de frente. No sé. La lucha libre es como anguilas en un balde lleno de mocos. En el boxeo no me interesaría ganar ni perder.

ECP: Siguiendo con este tema,  ¿con que te quedas?,  ¿con el perdedor o el ganador? ¿Porque Lo perdido ganado? No seria en realidad lo ganado perdido?

Dick: Mira. Lo perdido ganado tiene muchos sentidos. Uno es… lo que yo perdí lo gané de nuevo. Ahí estamos hablando de 36 años de ausencia.  Y el otro es… el terrateniente perdió ganado y a ese ganado le estás cantando. Esos son los dos sentidos que yo le veo.

El perdedor y el ganador me parecen conceptos traumáticos y tristes. Justamente, intento evitar la competencia como método de vida. No me interesa ser un poco mejor ni tampoco me entristece ser un poco peor. Y, justamente, muchas cosas que se mantienen en la educación son conceptos como los de querer ser el número uno y para mí… es patético.

ECP: Bueno. Yo siempre cuando escuchaba la música, creía que lo que te interesaba era el tipo medio. La grandeza sin necesidad de épica de lo mediocre. La risa y la ironía de las calles y los tipos sin rostro, ni apellidos o acaso con un nombre que conocen todos los vecinos. En fin. Mira. Pues. Ya me contagié de tus rimas y no sé bien qué te pregunto.

Dick: es que me parece lindísimo acumular apreciación de gente que no se habían esperado ver algo interesante en eso. Si tenés gente que están chupándote cada palabra, ya estás en un guetto pero si gente que están haciendo otra cosa de repente se dan vuelta porque dicen, jo, ¿esto qué es? eso es lindo. Por eso es bueno lo de la gente mediocre.  La gente que no rechaza pero nunca pensó que tenía que hacer algo más.

ECP: Y una cosa, Dick. En muchos momentos, por la estética de tus conciertos y discos pensé que te gustaban los cómics o podías tener algún superhéroe favorito, ¿es esto así?

Dick: No. A mí nunca me gustaron los cómics por muchas razones sensitivas. Los colores son un poco flojos, no sentís que te transmitan. Es más una masturbación que sexo. No encuentro comunicación total. Es, realmente, poco para lo que a mí me parece una aventura.  Para mí, son como la rubia teñida. Muy poco.

ECP: Por cierto, según creo, estuviste filmando conciertos en una época de tu vida. Me gustaría saber qué te dejaron aquellas filmaciones.

Dick: Ummm. Filmé muchos grupos porque participé en un programa televisivo en los tiempos punks en Holanda.  Filmé Ramones, Gang of Four, Ramones, Talking Heads, Joy Division, etc…

ECP: ¿Y cómo viviste aquella época?

Dick: El período punk, yo no lo viví como un momento mío. Para vivir aquel momento, tenías que tener entre 16 y 22 años y yo tenía 27 y había pasado por Jimi Hendrix y todo el cansancio de la música funk saturada. Y, claro, cuando ví venir a Johnny Rotten y todos esos era como ver que había nuevos pibes en el barrio. No eran los míos. Pero estaba buenísimo que vinieran.

Entonces, yo pude ver todo eso con una distancia y esto me gustó. No me hipnoticé pensando que era lo mío y aprendí las buenas y nuevas recetas que trajeron. Sin juzgar la sinceridad, miré la efectividad de todo eso.

ECP: ¿Para ti, cuál es el punto de encuentro entre Europa y Sudamérica musicalmente?

Dick: En Argentina hay mucho de rock, rock, rock. A esto no lo miro por el momento. Pero también hay mucho folklore que fue mantenido en un rincón. El folklore se mantuvo muy en su diámetro local. Instrumentos como el charango. Muchos instrumentos quedaron en el lugar donde corresponde y a ello ayudaron (paradoja de paradojas) las dictaduras. Imagínate si el charango hubiera llegado a los programas de la tele europea de los años 60.  Ya se hubiera perdido todo. Por rigidez del gobierno, quedó todo un poco congelado y mantenido y esto es una suerte… porque… jjjajajaj… así se mantuvo académico el folklore y podemos aprender de él.

ECP: ¿Te gusta Federico Fellini?

Dick: Fellini me parece demasiado…  es como confitura de fresas todo el tiempo. Demasiado oscuro…. La verdad es que lo que hace Fellini ya está en una de sus películas. Te asfixia en sus propias tetas.

ECP: No. Te lo digo porque hay un personaje en La voz de la luna que se pregunta, ¿hacia dónde va la música cuando deja de sonar? Y yo quería saber hacia dónde crees que va la tuya

Dick: Uy. Menuda pregunta. Es una gran diferencia de preguntas si hablas de un Cd o un concierto.

ECP:  Un concierto.

Dick: tuve la suerte de vivir hasta ahora sólo buenos. De todos estoy muy feliz y esa música es parte de un festejo y te quedan huellas de desgaste pero lo que sucedió es que durante un espacio de tiempo, todos nos calentamos con aquello que sucedió. Pero, ¿después?, después se evapora.

 

ECP: Digamos entonces que va al corazón.

Dick: Sí. Al corazón. Sí. Podríamos decir.  Esto es lo fuerte que tienen para mí los conciertos en América. Es muy impactante ver cómo reacciona la gente a lo que estoy haciendo y siempre dudé estos últimos años si era por situaciones falsas. Pero ahora estoy haciendo lo mismo en Europa e impacta de la misma manera. Lo único que las caras son distintas y la gente lo muestra de diferente forma.

Al comienzo tenía miedo de que las reacciones en los conciertos vinieran porque la gente me considerara otro mono en el jardín zoológico pero parece, efectivamente, que es únicamente por el efecto de la música.

ECP: Otra cosa, Dick. ¿Tu crees en el tarot?

Dick: ¿Si yo creo? Yo… una vez me compré un tarot en España, me dije vamos a ver lo que es y dos de las cartas del tarot al otro lado estaban manchadas por un error de fabricación.. y ya con eso.. me dije… andate a la mierda con el tarot….

ECP: O sea que no fue Jodorowsky quien te recomendó meterte a músico.

Dick: Eh…ja, no. Parece evidente que no fue así.

Alejandro:¿Y me puedes contar como fue tu primer concierto?

Dick: La verdad es que yo estoy reorgulloso de mi primer concierto porque yo estaba completamente fuera de contexto. Había llegado acá, (Argentina) no sabía en qué mundo me encontraba, únicamente presentía un poco que estaba mal colocado, que no era mi lugar estar aquí pero al mismo tiempo lo era.

Entonces, me tocó hacer un concierto en un restaurante de Palermo pseudochic, con vino rojo, cortinas de terciopelo, con gente delicada que venía a escucharme como si yo fuera George Brassens o una especie de pseudo Jacques Brel y presintiendo que iba a ser así, empecé la actuación con Fanta María con la cruz hecha con botellas de fanta lo que, en realidad, era un insulto al buen gusto total y significaba, inmediatamente, emanar que los reglamentos de ellos no eran los míos. Y tengo ese material filmado y se ve que todavía no tengo experiencia pero que estoy poniendo los intestinos sobre la mesa y eso me gustó muchísimo. Y bueno, la gente me miraba como si fuera un camello en un salón de coches.

ECP: Oye, ¿y escuchabas algo en el momento en que componías tus discos, alguna influencia destacable?

Dick: No. La cosa era así. Ya hice todo mi circuito de influencias, no me cierro a nada pero no necesito nada para ya estar sacando palas y palas de contenido.

ECP: Y tú, Julio (productor de Dick), ¿adónde querías llevar el sonido de Sin pues nada?

Julio: Dick me había hecho escuchar los temas como en diciembre y lo único que intenté fue ayudarle. El sonido de Dick es confuso y caótico por momentos pero, al mismo tiempo, es muy claro lo que quiere. Así lo único que aporté fue que el tema«Viernes Cultural» entrase en el disco. ¿Tú lo habías pensado igual, ¿no?

Dick: bueno. Yo es que estoy en un momento en que me olvido de las mejores cosas, me olvido canciones…. Y esa canción que dice Julio salió como la caja de muertos de Moby Dick justo cuando está por ahogarse el personaje en el mar. Fue eso. Algo tremendo. Y sin esa canción, realmente, no puedes comprender el disco.

 

ECP: Y Julio,  ¿cuándo fue la primera vez que viste a Dick? ¿qué pensaste?

Julio: Creo que la primera vez que lo ví fue el peor concierto que él recuerda pero, de todas maneras, pensé… ufff… acá hay un mar de arte… y a partir de allí intenté contactar con él hasta que, a partir de lo del incendio en la discoteca Cromagnon en Buenos Aires y una vez que hubo un parón en la vida cultural porteña, lo conseguí y empezamos a trabajar juntos.

ECP: Oye ¿y tú cómo ves la carrera de Dick en el futuro?

Julio: bufff. No sé. El año que viene creo que le va a ir muy bien. Pero… no sé… Creo que todo esto va a ir para arriba. En cierto sentido, ya se nos escapó de las manos todo lo que está comenzando a generar Dick. Por lo menos hay algo ya plantado. La raíz está ya.

Dick: Mira. Yo me pongo bastantes metas radicales. Esto es lo que te puedo hablar de mi futuro. Una de las que tengo ahora es grabar un disco de cumbias en Siberia porque a mí me parece que sería un enorme logro. A mí me parece que si llevo a grabar un disco de cumbias bajo condiciones tan anti-tropicales, sería un auténtico logro humano.

Julio:  A mí me encantaría producir ese disco pero me gustaría llegar con un autobús especial que hay por Rusia para ciudadanos marginales. Además, imagino la portada del disco como un congelador.

Dick: No. Bueno. La portada debe mostrar que estamos grabando allá, a cuarenta grados bajo cero, con un coche que no quiere arrancar.

ECP: Buenísima la idea de este disco, pero ¿y todo esto hacia dónde conduce?

Dick: Yo por lo general tengo varios leiv-motivs que mantengo calientes en la cabeza. Uno es mantener curiosidad. Dar material para que la curiosidad se pueda alimentar todo el tiempo. El hecho de ser curioso es un valor y mucha gente lo está perdiendo porque ya no hay nada para curiosear. Por eso, está bien hacer cosas para que la gente diga ¿qué es eso?  Esa pregunta ya es un gran logro.

Otro leiv-motiv sería… enfermar clichés enriqueciéndolos. Sufrimos en el mundo de comunicación actual los clichés porque, por un lado, nos facilita  comunicar y, por otro lado, nos comunica solamente mentiras pero si le vas dando más colores al cliché ya no es un cliché… en esa paradoja me interesa trabajar.

ECP: Oye, ¿y me puedes definir con un adjetivo o metáfora a cada uno de los miembros de tu banda, a cada uno de los desesperado-exagerados?

Dick: hoy mencioné en la radio que Diego y Christian que tocan los dos la guitarra eran como garzas de aluminio y que Manu tocaba como un mecánico que se hubiera tomado una sobredosis de café y te puedo asegurar que cuando toco con ellos me siento en una fogata de amistad, me sorprendo por lo que sucede y me siento muy respaldado.

ECP: ¿Para cuándo la canción pro o anti-mate?

Dick: Mira. Yo tengo que trabajar muy sutilmente a lo que yo quiero o no quiero tocar de la parte argentina.  Es como lo que hacían los surrealistas, ¿recuerdas? Para ellos quien amaba a Keaton estaba in y quien prefería a Chaplin estaba out. Por ello, tango-no. Asado-sí. Dulce de leche-no.  Todo esto está muy bien dividido en mi mente porque responde a distintas posiciones en una mesa de ajedrez y el mate…ja…

ECP: ¿Y por qué el dulce de leche no?

Dick: el dulce de leche es como tener la mamadera artificial. No tener el verdadero seno y me parece muy básico que para encontrar consuelo –con todas las hermosas cosas que hay en Argentina- se lo ponga en primer plano mediático.  Fíjate que, por ejemplo, hay hermosísimas cosas indias y, joder, el dulce de leche es un … 6

ECP: ¿Y Boca?

Dick: Uyyy. Boca me encanta. Siempre de niño fui de Boca.  Para mí Boca era bastante obrera y River muy snob. Además, la palabra Boca era castellano y River inglés. Pero bueno es que River aún es menos molesto que Plate. No es River de la Plata sino River Plate. ¿Hasta dónde quieres llegar para negar lo que eres?

Aparte, como a mí me encantan los puertos, cuando me paseé de niño por la Boca y me contaron aquello de que los colores de Boca correspondían a los de un barco sueco que atracó en un puerto… eh… la verdad me pareció todo…imbécil pero fascinante, infantil y sincero.

ECP: Además de México y Argentina, ¿piensas en algún país latinoamericano para introducirte?

Dick: Colombia sería lindo y Panamá me intriga. Es un país increíblemente esquizofrénico. Es…¿cómo se llama cuando te operan porque estás embarazada? Es un contingente cesáreo. La cesareanaaaaaaaaaaaaa. Es un país que en el medio tiene esa operación.

ECP: Otra cosa, ¿conoces la historia del holandes errante?

Dick: Sí. Pero tiene bastante poco que ver con esta historia. A veces me lo dicen y me parece como decir… no eres de acá, no eres americano. Esta metáfora del judío que está condenado a viajar todo el tiempo y que no encuentra jamás su puerto no tiene mucho que ver conmigo. Yo no viví mi situación como la de un viajero sino como la de una persona que se desplaza. Me desplacé, no viajé. No hice trabajo de mapas. Simplemente, me levanté y me pusieron en otro lugar. Ayer estaba en un lugar y hoy estoy aquí.

ECP: Y de los músicos argentinos, ¿hay alguno a quien admires?

Bueno. No comparto gran parte de la mitología de los músicos de la Argentina pero, sin embargo, como sabrás, me siento muy, muy cercano de la cumbia y el folklore. Creo que esto ya ha quedado claro.

ECP: Oye, ¿y qué canción o música se te ocurriría regalar a una chica o a alguien que te importara?

Dick: Hay dos regalos que se pueden ofrecer. Bueno, en realidad muchos que se pueden hacer con música.  Pero, el primero sería arrojar al suelo a alguien para que baile y otra tirarlo hacia lo celestial para que sea feliz. Hoy lo dije escuchando la música celestial de las guitarras de la cumbia santafesina. Cuando estás enamorado, borracho y mirando el agua… son esas guitarras que flotan entre las nubes…las que quieres oír… las que son el regalo…

ECP: Ja. Vale. Y ya terminando. Mira, Dick, de estos tres personajes, Fassbinder, Burroughs y Robert Smith, ¿a quien elegirías como guardaespaldas o para mantener una lucha a los puños?

Dick: A William Burroughs. Ja,ja,ja. ¿Y sabes porqué?

Bueno, una vez yo estaba trabajando para la televisión punk de Holanda y me pude permitir el lujo de entrevistar a Burroughs. Fui al camerín a pedirle autorización y me lo presentaron pero..jo.. puso una voz como de gay exuberante siiiiiiiiiii… siiiiiiiiiiii. siiiiiiiiiiiii…. interviewwwwsss, y bueno… después bajamos a la sala donde él iba a leer sus historias y puso su voz de tejano increíble, ¿no?, como la de un tipo que está cansado porque se tragó un elefante, algo así como country, we areee goingggg dowwwwnnnnn … y bueno… después de esto, ¿qué te puedo decir?

Alguien en el público de la sala le preguntó al final de la lectura si siempre tenía esa voz de baquero tan controlada. Él se hizo el ofendido y confirmó que siempre sonaba así. Ese momento me dolió porque si bien yo no soy mucho de tener ídolos, él sí que cumplía ese papel y se hacía festejar y pagar por esto. No puedes dejar una pregunta tan limpia con una respuesta tan sucia.

ECP: Bueno. Ja,ja,ja. Muy bien para terminar. Fíjate que yo no sabía nada de ese encuentro. Bueno. Y la última, Dick, ¿Por qué no mataste a Liberty Balance?

Dick: Alejandro, si quieres que te diga la verdad, he oído algo de esto, pero en realidad no sé quién o qué es Liberty Valance. Shalam.

            عِنْد الشدائِد يُعْرف الإخْوا

¿Por qué se preocupan por su peinado cuando les van a cortar la cabeza?

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

Contenido relacionado

Videoaverías

Averías populares

Bilis y asado

Existen pocas bandas tan crudas, ácidas y extrañas como Royal Trux. Creo que porque Neil Hagerty y Jennifer Herrem eran tan transgresores que más...
Leer más
Share This