Los mares del sur
0En realidad, sus preocupaciones y desvelos forman parte ya de de ese mundo. Y por ello no pueden (ni deben) ser considerados colonizadores ni colonizados sino parte de un plan divino que se escapa tanto a ellos como a los habitantes originarios de la isla. De hecho, en cierto sentido, son alienígenas. Lo que convierte por tanto su presencia en tan enigmática y extemporánea como la de los espíritus y monstruos que rondan la isla desde hace siglos. Transformando cualquier visita o viaje a la Polinesia en una ensoñación irreal. Una danza cordial y generosa totalmente incomprensible puesto que no se sabe si lo que se celebra es la vida o la muerte. La creación o la destrucción. O la llegada a un planeta extraño parecido al paraíso bajo cuya superficie anidan terrores sin fin.
Regateo.