Hay algo que me ocurre cada vez que veo una película de Buñuel. Siento que los actores se están riendo por dentro mientra recitan el guión, pero creo que es precisamente ese subterráneo toque irónico que yo al menos percibo reflejarse levemente en su rostro, lo que logra provocar una sensación de veracidad absoluta en sus obras. Motivo por el que no me importa en absoluto lo artificioso o irreal que pueda ser su argumento (caso de El fantasma de la libertad o El discreto encanto de la burguesía) ni el tema del que se ocupan.
En realidad, los filmes de Buñuel no son verosímiles. Son verdaderos. No buscan ninguna verdad. Son verdad. Y por eso cuando uno de los actores habla, podemos perfectamente creer que es un vecino el que lo está haciendo o el tío de un amigo. Hay directores que necesitan unos cuantos minutos para presentarnos a un personaje, pero Buñuel tan sólo unos segundos. Desde el primer momento en que aparecen en pantalla nos resultan familiares. Pueden esconder misterios, sí, pero eso no los hace lejanos como tampoco sentimos que un padre o un hermano sean extraños aunque nunca nos revelen sus secretos. Shalam
andresrosiquemoreno
el octubre 13, 2020 a las 9:18 pm
1ºimagen:……..la venganza…….buñuel= 1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1………..1en total……jajajj
(don lope a tristanita: es muy dificil darmela ten presente que hago de padre o marido segun me interese……..)
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(don lope a tristanita: es muy dificil darmela ten presente que hago de padre o marido segun me interese……..)
Padre o marido. Así es. ¡¡¡Menudo Lope!!1