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Zombi

Ago 20, 2022 | 2 Comentarios

Dejo a continuación un nuevo avería dedicado a Zombi 2. (Nueva York bajo el terror de los zombies), la película de Lucio Fulci. El cual recomiendo escuchar el mítico tema central de la banda sonora de Fabio Frizzi.

Zombi

Zombi 2 es una verdadera bestialidad. Una puñetera locura que funciona perfectamente porque su director, Lucio Fulci, tenía instinto. Era capaz de imprimir personalidad nihilista tanto a la destrucción de un cubo de basura como a un amanecer en las islas Bahamas. En Zombi 2 existe un gozo malsano con la putrefacción y el sadismo que logra contagiar todas las escenas rodadas en el mar o en una isla. Cuando el sol brilla en el horizonte en una película de Fulci, ese sol no transmite jovialidad ni optimismo sino que es un sol que agita el espíritu y crea inquietud. Un sol que podría consumirse en sí mismo. Algo que logra que la  aparición de los zombis nos resulte natural. Totalmente creíble.Vemos cadáveres andantes en pantalla porque, en el fondo, la realidad es inquietante y oscura y porque no hay salida ni futuro.

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Tengo la impresión de que los mayores aliados de los gritos y consignas punks no fueron precisamente (más allá del estallido inicial) ni los músicos ingleses ni los norteamericanos sino los directores de películas de zombis. Cuando alguien se pregunta dónde fue a parar todo aquel espíritu destructivo del 77, yo suelo apuntar a las películas de Fulci y Romero (entre otras muchas). Terroristas artísticos que se atrevieron a llevar a pantalla sin complejos el asqueroso deterioro de la sociedad occidental.

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Siempre me ha llamado la atención el tema central del soundtrack de Fabio Frizzi. Un hermosa melodía llena de fina sensibilidad que, sin embargo, se relaciona perfectamente con las imágenes de destrucción y ocaso que Fulci nos presenta. Hay algo en ese corte sonoro que es mágico. Su dulzura invoca destrucción. Su suavidad es maligna. Invoca lo inevitable. En el momento en el que aparece, sabemos que no tenemos escapatoria. Las notas que lo abren representan en cierto sentido la llamada del destino y las que lo continúan nos remiten la fatalidad. A la inevitable devastación.

En cualquier caso, lo que ocurre con el famoso tema de Frizzi también sucede en mayor o menor medida con la mayoría de cortes de la banda sonora. Un conglomerado de inquietantes temas entre los que destacan, a su vez, varios de inspiración tropical o alguno con un incitante ritmo discotequero que, contra todo pronóstico, funcionan perfectamente. Transmiten desasiego. La sensación de ruina y catástrofe. Algo que entiendo que se debe a que el espíritu gamberro de Fulci fue capaz de captar en dos o tres fotogramas el sentimiento de autodestrucción que reina en el mundo.

Fulci, sí, es esa voz que nos indica que ya que el mundo se va a la mierda, ¿por qué no despedirnos  bailando y follando? ¿Por qué no celebrar, al fin y al cabo, el exterminio de la raza humana? Y ya que estamos, ¿por qué no hacerlo a lo grande?

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Posiblemente Fulci sea a las películas de zombies, lo que el spaguetti western al western. Una ensalda festiva de vísceras y sangre celebrada con ánimo jocoso y socarrón. En Zombi 2, de hecho, no hay preocupación por el destino de la raza humana. Hay más bien delectación por poder narrarlo y contemplarlo. No me extraña por eso mismo que Tarantino la ame.

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Zombi 2 tiene tres o cuatro escenas icónicas que han quedado en la historia del cine de zombis. Todos los amantes del género las recuerdan e invocan a los cuatro vientos. Una de ellas es, sin dudas, el impresionante final en el que contemplamos a centenares de muertos vivientes caminando hacia Manhattan por el puente de Brooklyn. Otra, el brutal ensartamiento de un ojo que realiza un zombi con un personaje femenino (Paola) en la isla de Matul. Y otra, por supuesto, el enfrentamiento entre un zombi y un tiburón bajo el agua ante la atenta y asustada mirada de una Susan enfundada en un bikini parecido a una metralleta sexual. En realidad, esta última escena es una puta locura. Un delirio. Contemplar a un zombi y a un escualo luchando bajo el agua es algo que ya de por sí descoloca, pero si a eso le unimos el afán de Fulci por destacar las turgencias eróticas de la protagonista femenina, ya directamente nos quedamos KO.

En cualquier caso, lo que me llama la atención es que, de alguna forma, ese zombi oceánico es muy parecido al Maldoror de Lautreamont. Si no fuera por la voluntad socarrona de Fulci, me parecería estar contemplando una escena del célebre libro maldito. Tengo la impresión, de hecho, que (inconscientemente) el director italiano realizó un homenaje a esta obra y, en cierto modo, la actualizó. Porque, si lo miramos desde cierta perspectiva, comprenderemos que el zombi podría ser visto como una evolución regresiva del mítico Maldoror. Maldoror es un epígono diabólico y todavía sagrado de lo que posteriormente devendrá brutal masa de carne profana.

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Es inevitable no partirse de risa con la operación comercial realizada por Fulci para promocionar su película y conseguir que llegara al mayor público posible. Tal vez me equivoque en algún dato y no sea preciso del todo, pero más o menos la socarrona historia que esconde el filme es la siguiente.

George A. Romero había estrenado con enorme éxito su Dawn of dead en medio mundo. Curiosamente, la película se había estrenado con el título de Zombi en algunos países. Así que a Fulci y sus secuaces no se les ocurrió otra jugarreta que titular su película como Zombi 2 y con el subtítulo de Nueva York bajo el terror de los zombis, a pesar de que, en principio, no tenía nada que ver con la del director norteamericano pues se desarrollaba por entero en una isla. En fin. ¡El que no corre, vuela!

Eso sí, al menos los productores tuvieron la decencia de, una vez terminado el rodaje en la República Dominicana, añadir un prólogo y un epílogo rodados en la ciudad norteamericana. ¡Sin dudas, un enorme acierto! Ya que la última escena,  (la ya mentada caminata de los zombis por el puente de Brooklyn) es de las más icónicas jamaś rodadas del cine de este género y además, de alguna forma, conecta internamente con lo acaecido en Dawn of the Dead. Una jugada, sí, frívola (que enojó a Romero) y maliciosa pero que funcionó a la perfección. ¡Una puta obra maestra del marketing!

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Existen, por supuesto, diferencias entre los zombis de Romero y los de Fulci que no tienen que ver únicamente con el agresivo y visco aspecto de los segundos en relación con el mucho más humanizado de los del primero. Una de las grandes bazas de los primeros filmes de Romero es que no teníamos claro por qué se producían estas transformaciones. Romero llenaba de vacío nihilista los enigmas clásicos. No había respuesta. No había preguntas. Todo era muerte y sangre. Sin embargo, (a pesar de ser más viscoso y brutal y posiblemente también más efectista) Fulci sí contesta los interrogantes. En Zombi 2 relaciona los ritos de vudú con el fenómeno zombi conectando su película en este sentido con algunos viejos títulos cinematográficos como el clásico de Jacques Torneur.

Fulci es más agresivo pero también más tradicional. Y posiblemente también más judeocristiano. De alguna manera, Zombi 2 achaca la destrucción de Occidente al colonialismo. Al agresivo secuestro de culturas diferentes realizado por las potencias europeas. Sin embargo, Romero en principio, como buen norteamericano, no parece tener culpa ninguna. Simplemente le da al play al casette y cuenta una historia de zombis con la misma actitud con la que podría filmar un concierto de Los Ramones. Shalam

المثال أقوى من القواعد

El ejemplo tiene más fuerza que las reglas

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen…no se por que(bueno porque sera mas efectivo) representar a un zombi todo sucio y con gusanos por un ojo…..para representarlos de otra forma se hacia imcapie en el entorno(a ellos se les dejaba igual quiza algo mas blancos..jajajj……
    2ºimagen….estos si que son «los burgueses de calais» de auguste rodin
    3ºimagen….ahora si que cambiamos el entorno neoyorquino rascacielos y al colega de los gusanos lo dejamos sin suciedad solo un poco mas blanquecino que al natural….
    4ºimagen….para la cena hay estofado poco hecho….
    5ºimagen….no pienso comer esta carnada aunque pongas los brazos como frankeinstein…..
    6ºimagen….recien pintado(el del primer plano)….jajajj
    PD….https://www.youtube.com/watch?v=jbRiM26hyms…..wilson pickett-land of a thousands dances….la clientela dogon esta sin palabras….jajajjj…que maximo es….

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Me lo imagino como el cadáver zombi de un viejo pirata o de un esclavo africano orgulloso y enojado. 2) Probablemente la mejor fotografía de zombis que he visto jamás. Acertadísima comparación con la escultura de Rodin que no conocía pero desde ya identifico con un grupo de zombis. 3) Me lo imagino como una publicidad de algún producto. Esto es lo que puede pasarte si no consumes esto….4) Posta en la que cuatro zombis marroquís toman té. Té de la tarde zombi en medio de cueva árabe. 5) Los cantos de Maldoror. Maldoror el tiburón desdoblado en dos entes en medio de los infernales océanos. 6) Veo la escena e inmediatamente escucho la música de Frizzi. Sin dudas, una de las escenas sino la Escena del mundo zombi. Michael jackson viéndola y pensando …. Thirller. PD: Crecí escuchando esta canción en boca de Ted Nugent. Pero creo, sí, que sin ningún genero de duda Picket lo supera arrolladoramente. KO en 1 o dos asaltos. No obstante::: https://www.youtube.com/watch?v=Up7EslxlXCA&ab_channel=TedNugentVEVO

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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