AVERÍA DE POLLOS: Inicio E Literatura E Aquellos psicóticos veranos: hombre pasea conejo. (2).

Aquellos psicóticos veranos: hombre pasea conejo. (2).

Ene 23, 2014 | 0 Comentarios

Una vez realizada la reseña del manuscrito Hombre pasea conejo, quisiera cumplir la promesa que realicé en un avería anterior y señalar ciertos aspectos del texto de Alfonso García Villalba que, bajo mi punto de vista, podrían mejorarse.

En primer lugar, las faltas ortográficas.

1) Creo que hay una repetición que no es buscada en este párrafo que se encuentra en la página 11.

«La temperatura corporal de un conejo suele estar entre 38,5 y 39,5. En cambio, un cerdo -creo que es relevante decirlo por eso de estar en una antigua granja dedicada a su cría- suele presentar una temperatura que oscila entre los 38,5 y 39,5«.

2) En la página 48, cambiar Virgilo por Virgilio.

En segundo lugar, cuestiones estilísticas.

1) En la página 34, encuentro un párrafo que tal vez podría depurarse un poco. Es correcto e incisivo pero acaso sería mejor aclararlo. No todo el mundo conoce las bifurcaciones döppel ni los deslizamientos de plano. Me refiero al siguiente:

«No obstante, el Conejo Kerényi dice que -al mismo tiempo-debilita tu concepto de realidad, el modo en que ésta se configura en tu conciencia (al fin y al cabo ciertas dosis de realidad son necesarias para no enloquecer) y, de hecho, el uso de Beta tal vez sea el causante de esas bifurcaciones döppel de las que Virgilio F. habla o de los famosos deslizamientos de plano».

2) Me parece muy oportuna la referencia a Vampyros Lesbos de Jess Franco. ¿Por qué no hacerlo también a alguna escena de la película o por qué no añadir tres frases justo después de cuando se cita la obra explicando algo sobre ella? En algunos caso, esto provoca mayor complicidad con el narrador. Nos hace adentrarnos más en la historia.

3) Respecto a las colocación de personajes con nombres como Kerényi, Pitia, Virgilio en la novela que hacen referencia al laberinto, me pensaría un poco más si incluirlos o no. La primera vez que me encontré con Kerényi en el texto, me chirrió un poco aunque he de reconocer que como lo repetías tanto y tanto, finalmente, esta reiteración me acabó gustando. No así con Virgilio. Mejor en el caso de Pitia. En cualquier caso, reflexionaría si es necesario nombrar de esta manera a estas sombras y personajes, teniendo en cuenta que es una novela repleta de referencias y que tal vez su inclusión sea redudante y, en esencia, no aporte demasiado. Meditaría sobre esto.

4) Hay algo por cierto en la reflexión sobre Superman que aparece en la página 36 que no me convence. En concreto, me chirría la referencia a la ONG y creo que algo no fluye como debiera en ese discurso. Con uno o dos giros y cambios creo que lo haría mucho mejor.

Este es el texto en concreto:

«y Lex Luthor, si has visto la primera película de “Superman” en la que Gene Hackman interpreta ese papel y Christopher Reeve parece que hace de cooperante para una ONG, quería provocar un terremoto de dimensiones desconocidas por la explosión de una bomba atómica en California de modo que tuviera el terreno libre para construir donde él quisiera».

Y en tercer y último lugar, me gustaría aludir al aspecto del libro que menos me ha gustado. Me refiero a los diálogos. No todos. Muchos son muy buenos y ayudan al fluir de la narración. En concreto, los secos e informativos o los que se desarrollan entre M. y el protagonista. Pero hay algunos con los que tengo ciertos problemas. Me refiero a los que se desarrollan entre las páginas 51 y 53 y la 73 y 75.

Intentaré explicar mi punto de vista. Estos diálogos los veo como puntos de contacto entre los elementos que quedan sueltos en el texto. Me recuerdan a los que realizan determinados personajes de novelas japonesas, los que llevan a cabo los actores en los films de Godard mirando a la cámara o al coro que en la tragedia griega reflexiona y advierte de los peligros y acontecimientos que debe afrontar el héroe. No obstante, teniendo en cuenta que mi idea de tu novela es la de una distorsionada máquina fotográfica, no sé si ayudan a que la frialdad y crueldad del lúdico retrato se extienda y desarrolle como podría hacerlo. Los revisaría pues tal vez existiera la posibilidad de hacer aparecer estas mismas ideas, modificándolos sólo un poco. Atendiendo mejor al contexto y la forma en que aparecen.

A este respecto, recomiendo la lectura de Farabeuf de Salvador Elizondo para entender aquello a lo que me estoy refiriendo y no sé si estoy consiguiendo explicar. Creo que te bastará leer unas treinta páginas de esa inmortal narración para comprenderlo mejor. Obviamente, puedo estar absolutamente equivocado en lo que estoy diciendo. Partimos de ahí. Pero como lector, recomendaría que dedicases algún día a dilucidar esta pequeña cuestión que tal vez podría mejorar un texto ya de por sí bastante bueno y logrado, que acaso perfilando un poco más estos pequeños detalles pudiera alcanzar mayor resonancia. Shalam

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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