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La broma asesina (2)

Sep 5, 2021 | 2 Comentarios

Dejo a continuación el segundo avería dedicado a La broma asesina de Alan Moore. Ahí va.

La broma asesina (2)

Alan Moore poseía tal grado de inspiración en los 80 que entiendo que no es incorrecto afirmar que si bien La broma asesina no se encuentra cerca (ni tan siquiera de lejos) de sus mejores cómics de aquella década, sin embargo sí que ocupa un lugar importante en la historia de Batman. Probablemente, la carrera de Moore hubiera sido valorada de manera idéntica de no haber realizado La broma pero al mundo Batman le faltaría algo. Uno de esos guiones que permitieron relanzar y dar vida nueva a un héroe oscuro y enigmático al que, durante años, no se le logró extraer todo el jugo dramático que poseía. Y que, de repente, en los años ochenta, gracias al cine, Frank Miller, Moore y otros autores, comenzó a resplandecer en el cielo trágico como si fuera un mito clásico.

En realidad, La broma asesina se entiende mejor si le lee antes otra historia que Alan Moore realizó sobre Batman un año antes. Me refiero a la inquietante Barro mortal. En ella, el autor británico retrataba a un Batman sombrío, vigilante, moviéndose en la penumbra que se enfrentaba a un villano -Preston Payne (Clayface III)- enamorado de un maniquí que le recuerda a su mujer fallecida.

Con estas premisas nada podía salir mal. Moore explora el fetichismo y la locura de Preston. Penetra en su psique destruida. Transforma el cómic en un abalorio de la mente de un demente que desea traer con vida de vuelta a su amada, no acepta la realidad y sufre confusiones de todo tipo. Lo que da lugar a escenas memorables como aquellas en las que el villano cena con ella o muestra sus celos. Por no hablar de sus enojos dignos de una tenebrosa novela gótica al contemplar al maniquí en ropa interior en un escaparate.

Moore es tan sutil y ceremonial que por momentos, su guión hace recordar historias clásicas como El jorobado de Notre Dame o El fantasma de la ópera. Y lo más importante, logra humanizar al villano de tal modo que, sin restarle ni un ápice de su carácter siniestro, es capaz de lograr que empaticemos con él. De hecho, es Batman quien peor parado sale de la historia. Pues por momentos parece no tener alma. Ser un muro de hierro. Encontrarse tan obsesionado con el deber y sus obligaciones que es incapaz de comprender el mal y, por tanto, mostrar compasión ante la confusión mental de un Clayface que se adueña completamente la historia.

En cierto modo, Moore se inspiró en la estructura de Barro mortal para La broma asesina. Sobre todo, en lo que tiene que ver con la preponderancia absoluta del villano. La broma asesina (como Barro mortal) es un cómic en el que la estrella es el malo de la película (en este caso, el Joker) y Batman aparece en un segundo planto. Tiene un papel secundario. Algo que tiene mucho que decirnos tanto sobre la manera en que Moore visualizaba al Hombre Murciélago y el cómic de superhéroes en general.

Como ya dije ayer, Moore era alérgico a los parámetros de la Edad de Plata del género. No soportaba esos sonrientes y poderosos héroes que salvaban a la humanidad casi sin despeinarse o sudar. Así que siempre los arrastraba a las situaciones más trágicas posibles. Los ponían el peligro con ánimo sádico y realista. Y es en este sentido, que entiendo que debemos leer tanto la cruel, descarnada tortura física y psíquica que el Joker lleva a cabo de un personaje clásico, el Comisario Gordon, como la impiedad con la que dispara a su sobrina Bárbara (Batgirl) dejándola paralítica. Escenas nada habituales en los cómics de pasadas décadas en la que Moore ajustaba su visión realista y trágica de estos hechos y personajes. De existir en el mundo cotidiano, estarían mucho más cerca de su versión que de las clásicas y canónicas.

Obviamente, parece claro que a Moore no le disgustaban únicamente las versiones maniqueas de los héroes de la Edad de Plata sino también las de los villanos. Esos huecos arquetipos del mal sin profundidad psicológica. Y contra ello luchó ampliamente en sus dos guiones de Batman hasta el punto de que, como he apuntado anteriormente, tanto Clayface como Joker se convierten en los verdaderos protagonistas de Barro mortal y La broma asesina. No tanto por sus maldades -que también- sino, sobre todo, por la profundidad del retrato personal que Moore realiza de ambos. En este sentido, su descripción del nacimiento del Joker villano es realmente conmovedora. Es difícil no empatizar con ese débil y desafortunado cómico que sufre todo tipo de contratiempos y burlas para ganarse la vida y se ve obligado a participar en un robo el mismo día que su mujer ha muerto.

Moore logra que durante momentos breves pero intensos conectemos con el ser humano real que fue Joker. Con un joven sin maldad que podía ser nuestro vecino o amigo y cayó en los diabólicos abismos por su incapacidad de superar sus traumas personales y sociales. Para vengarse de las heridas psíquicas infringidas por esa hipócrita sociedad a la que Batman defiende con un ánimo casi fanático. Hasta el punto de obligarnos a preguntarnos si no será él el auténtico villano de la función.

Según parece, Moore nunca se ha sentido muy satisfecho de este cómic. O al menos, en sus declaraciones nunca ha mostrado demasiado afecto por él. Probablemente porque lo hizo justo antes de salir de la DC. Compañía en la que se encontraba a disgusto debido a problemas con los derechos de Watchmen. Pero basta leerlo para darse cuenta que no es una obra menor. Moore iba tan sobrado que, aun a disgusto y deprisa y corriendo, era capaz de crear obras que superaban a las del 90 por ciento de los guionistas del medio. En cualquier caso, si a su historia le faltaba algo, (que no creo), ya se encargó Brian Bolland de cubrir sus huecos y vacíos con su espectacular arte gráfico. Unos dibujos muy elaborados, espectaculares y, a la vez, sombríos que llevaban la historia allá donde Moore no deseaba llegar o las palabras no podían hacerlo.

Dicho esto, vuelvo a insistir, La broma asesina es una bomba. Moore exploró en muy pocas páginas, como prácticamente nadie había hecho hasta entonces, las similitudes entre Joker y Batman. Su cómic es nitzscheano. Es una carcajada dionisíaca. Multiplica en un espejo la imagen simbólica del bien y el mal mientras convierte la vida real en un circo cruento. Y, por si fuera poco, nos desafía con un final abierto en el que no queda claro si Batman mata al Joker, mientras ríe con él, o simplemente lo estrangula antes de devolverlo a prisión.

Si alguien desea saber mi opinión, la tengo muy clara. Batman acaba con el Joker para siempre en La broma asesina. Moore no se iba a ir de la DC por la puerta pequeña. No se iba a ocupar de un personaje tan lleno de matices sombríos sin explotar todos ellos al límite. Tenía que dejar su mensaje y legado. Quedarse en paz. Otra cosa sería, eso sí, lo que harían posteriormente los empresarios de la DC por temas económicos. Pero en lo referente a él, no había mucho más que hablar. Batman y Joker eran simbólicamente hermanos. Pero había uno superior: el Joker. Quien lograba vencer a Batman empujándolo a matarlo. Esa era precisamente la broma asesina a la que hacía referencia el título: la manera en que Joker se imponía a Batman enfureciéndolo hasta obligarlo a asesinarlo. El final perfecto de esta inmortal historia de dobles opuestos. Shalam

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2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen:….matasuegras……..
    2ºimagen:….de nuevo «ex-machina»2014(musa indiscutible despues de «la chica danesa»2015…….)…
    3ºimagen:…medusa chorreante…..hahahahahahahahahahahahah!!!..guapisimo….
    4ºimagen:…..yo pondria todas estas otos en la maleta de una metamorfosis……..
    5ºimagen:….fnap: «federacion nacional de asociaciones de prematuros»…….
    6ºimagen:….mi batman1989 es el de «prince»…………
    PD: https://www.youtube.com/watch?v=4zqaTU5bGx8….partyman-1989(en el 4:37 se echarian pestes de m.catelan-a.warhola y lou reed…….smileavelinismo……jajajjjjj….

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Diabólica comunión. 2) La fiesta de los maniquíes. No los mires por favor. 3) Imagen sacada de un anuncio sobre helados… el señor no consiguió su Colaget y enloqueció. 4) Imágenes de un acto homicida que se pueden comparar con las de una sesión de sadomasoquismo. 5) jugador de poker malencarado después de una mala jugada. 6) Ilustración de la carcajada nitzscheana y rabelesiana. PD: el batman de 1989 es bueno y lo de prince estuvo muy bien pero creo que la trilogía de Nolan es la imprescindible. Pero Burton muy bien.

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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