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Los miércoles, milagro (2)

May 8, 2022 | 2 Comentarios

Dejo a continuación el segundo avería dedicado a las ya tradicionales remontadas del Madrid en Europa. Tengo pendiente por cierto uno nuevo en el que hablaré de la Kriptonita del conjunto blanco: el futbol total de Michels reinterpretado por Sacchi, Cruyff y Guardiola. Más que nada porque ayuda a entender mejor el tamaño de lo conseguido por el Madrid el miércoles contra el City. Una victoria lograda contra su mayor pesadilla y fantasma a lo largo de su historia. En cualquier caso, ese avería prefiero dejarlo para otro momento. Tal vez días antes de esa fascinante final contra el Liverpool.

De momento, (parafraseando a Koeman), esto es lo que hay: el prometido segundo avería sobre las remontadas.

Ahí va.

Los miércoles, milagro. (2)

Posiblemente, la raíz de las remontadas del Madrid actual en Europa se encuentre en los años 80. En concreto, durante los últimos meses de 1984. Todo comenzó con una derrota sin paliativos, de esas que hacen daño, contra el Rijeka en la antigua Yugoslavia: 3 a 1. Tan sólo Isidro pudo maquillar un desastre que había dejado a varios jugadores señalados como es el caso de un Miguel Ángel cuyo imperdonable error bajo las palos al intentar atajar un disparo blando desde fuera del área había sembrado el desconcierto en la Castellana. No obstante, días después, en Madrid, el Bernabeu entró en combustión y entre Juanito, Santillana, Camacho, Valdano y unas gradas en las que más que aficionados parecía haber leones hambrientos, el equipo merengue le dio la vuelta a la eliminatoria: 3 a 0. También por cierto hay que agradecerle esta hazaña a un árbitro que expulsó a tres jugadores yugoslavos sin demasiadas contemplaciones.

En cualquier caso, aquel partido sentó un precedente heroico. Y se convirtió tan sólo en un entremés para lo que se venía. Recuerdo escuchar por la radio a decenas de locutores enojados y entristecidos a causa de la inobjetable derrota del equipo entrenado por Amancio contra el temible Anderletch. Un 3 a 0 incontestable y probablemente irremontable para cualquier equipo. En realidad, el conjunto belga no era ninguna bicoca. Enzo Scifo, su joven estrella, era un mediocampista de esos de escuadra y cartabón, que lo mismo organizaba a sus compañeros con suma destreza que remataba con exquisita técnica a la red. Nadie ajeno al madridismo creía esta vez en la remontada. Pero el milagro se produjo. En 30 minutos una rutilante actuación de Butragueño había completado la hazaña. Un gol del Anderletch sembró la duda. Pero no fue suficiente. Aquella noche los jugadores belgas parecían muñecos de fubolín y los madridistas demonios encendidos. Visto lo visto, el 6 a 1 se quedó corto. Ahora sí, sin necesidad de dudosos arbitrajes, la leyenda había nacido.

Fue de hecho en ese mismo instante que todos (madridistas y no madridistas) nos dimos cuenta de que esa UEFA era del Madrid. Así que la derrota contra el Inter en semifinales no puso a nadie nervioso. A nadie hizo dudar. Se convirtió en un mero trámite para transformar el Bernabeu en una caldera, el césped en una hoguera y tirar de épica y cojones. De casta, miedo escénico, volcánicos cánticos, intimidación, testosterona a raudales e himnos castizos. Un guión que volvería a repetirse en la UEFA posterior durante eliminatorias que han permanecido en el inconsciente colectivo de los aficionados al fúbol como es el caso de las vividas contra el Aek Atenas, (otra vez) el Inter y, sobre todo, aquel más difícil todavía que supuso aquella increíble contra el Borussia Mönchengladbach. Una puta locura que hace más comprensible todo lo que se ha vivido este año contra el PSG, City y Chelsea.

Previamente a estas dos Copas de la UEFA, el Madrid había remontado varias veces en Europa. Había completado más de una de esas hazañas que transforman a niños recién nacidos en fanáticos, conmueven corazones y hacen llorar a ancianos rememorando los mejores momentos de su vida. Pero fue en estas dos UEFAS que se instituyó de una vez y para siempre que el Madrid no era únicamente un equipo ganador. También era un gladiador que no se rendía jamás. Un conjunto que no tenía por qué vencer por fútbol. Lo podía hacer también por intimidación. Por cojones y raza. Sangre y vísceras.

De repente, los madridistas, sí, no eran tan sólo los niños ricos, bien vestidos y modositos de la clase que tenían aseguradas sus victorias futuras sino que también eran los traviesos rebeldes que perseguían por el barro la pelota sin miedo a mancharse la camiseta. De repente, el Madrid no ganaba tan sólo por decreto. Lo hacía por convicción y obstinación. Casi por desesperación. Por incorformismo, rabia y hambre de gloria. Había nacido, sí, el espíritu de Juanito. La demostración de que el Madrid era una religión que aunaba tanto a los que cenaban gambas diariamente como un bocata de jamón serrano y mantequilla. Empresarios, políticos oportunistas y banqueros corruptos pero también albañiles, agricultores, fontaneros y vendedores ambulantes orgullosos de sudar la camiseta y sin miedo alguno a mostrar las manchas de sus traje de faena.

Fue, por tanto, en esas fechas que el conjunto blanco unió al pragmatismo de sus reiteradas conquistas en la Liga, el espíritu quijotesco y romántico de las remontadas europeas. Una huella sagrada que, repito, se ha mantenido en el tiempo hasta el punto de que el testarazo de Ramos contra el Atlético de Madrid se interpretó casi más como un acto de fidelidad a la tradición madridista que como una sorpresa o un hecho heroico. En esa clave también (además de las que indiqué en el primer avería de esta serie) hay, supongo, que entender la calma y frialdad con que se manejó el conjunto blanco en la decisiva tanda de penaltys contra el equipo de Simeone en Milán. O el aplomo con el que se ha comportado en las sucesivas finales que ha disputado. En muchas de ellas de hecho, el Madrid no era favorito.

En 1997, por ejemplo, las apuestas se decantaban por la Juventus. Un equipo que disponía de Zidane en su mejor momento y funcionaba como una máquina perfectamente engranada. Defendía como nadie y atacaba como tan sólo unos pocos pueden hacerlo. De nada le sirvió su excelente disposición táctica. El Madrid marcó un gol. Y aunque aquel equipo era italiano (ni más ni menos que italiano) sintió el  embrujo del campeón en el cogote y no tuvo recursos suficientes (a pesar de que disponía de tiempo suficiente) para empatar.

De todas maneras, si existe una Champions inexplicable esa es la de Anelka. La conquistada contra el Valencia en Saint-Denis. No por aquella final que el Madrid venció con absoluta autoridad sino por el desarrollo de la misma.

Ok. En esta ocasión, no hubo remontadas puntuales de esas de brío y coraje. Pero sí que existió una transformación anímica impensable. El Madrid daba auténtica pena. Caminaba por la Liga como un fantasma. Y en Europa había recibido serios correctivos por el Bayern. Su eliminación era prácticamente segura. Del Bosque se había hecho cargo de un equipo en completa decadencia. Arruinado. Devastado. Pero, de repente, los astros se alienaron y tras un exquisito partido en Manchester que se recordará siempre por una jugada de ensueño (casi de cuento de hadas) de Fernando Redondo, el equipo se transformó y se alzó con el trofeo. Un éxito para el que fueron por cierto imprescindibles los goles de Anelka contra el Bayern en el Bernabeu. Un delantero completamente desahuciado, inadaptado a la vida española y ajeno a la dinámica del equipo que, de manera inverosímil, se convirtió, por obra y magia de los hados celestes o infernales, en el mismísimo Santillana durante aquellos 90 minutos. Casi como si estuviera poseído por Juanito o Valdano se hubiera convertido en un ventrilocuo y le diera instrucciones desde el centro de su ser respecto a cómo comportarse y levantar los ánimos en una noche europea. ¡Puro espiritismo!

En realidad, teniendo en cuenta todos estos precedentes, se comprenderá que no me haya sorprendido demasiado lo ocurrido con el Madrid en Champions durante los últimos meses. Lo que no significa que no me haya conmocionado.

Nadie humano aficionado al fútbol habrá probablemente sido capaz de escapar del impacto de estas remontadas que son, sin duda, un signo del carácter y destino madridista. De hecho, a día de hoy, las grandes sorpresas que he experimentado con el Madrid en los últimos años no tienen tanto que ver con el trío de Champions seguidas conquistadas por Zidane o las ya mentadas remontadas sino con los días en los que el embrujo del Bernabeu no ha funcionado. Por ejemplo, aquellas semifinales que el Madrid de Mourinho perdió contra el Bayern tras un penalti errado por Ramos o esa remontada contra el Dortmund de Klopp (también en semifinales) que no terminó de completarse por un minúsculo gol que estuvo rondando la porteria contraria durante toda la cortante y tensa segunda mitad de aquel encuentro.

Se comprenderá, por tanto, que, actualmente, me pregunte más por qué aquellos miércoles en concreto no hubo milagro que por aquellos en los que sí lo hubo. Prueba de que el conjunto blanco ha hecho de lo inverosímil, costumbre y de la épica, norma. Convirtiendo algunas de las páginas de su historia en versículos evangélicos. En tiempos de hambre, sí, en la mesa de un madrista no faltan ni los peces ni el pan. Y no importa que no tenga ni trigo ni cebada ni redes. Shalam

أكبر مصيبة هي عدم معرفة كيف تحب

La mayor desgracia es no saber amar

2 Comentarios

  1. andresrosiquemoreno

    1ºimagen….el patrocinador en la camiseta es la cruz de tapies(excelente suciedad)..jajajj…
    2ºimagen….compañia lactea afrancesada…..
    3ºimagen…bueno,si…..es que….bueno…(asi hablaba el pajarraco)…..
    4ºimagen…..paso a tres (miquel barcelo lo titulo «paso a dos» o «pasodoble»)…sonrisa…
    5ºimagen…..zanussi italiana (lavadoras guapas y contrastadas adquirida por la sueca «electrolux», como lo leo lo pongo)….tambien mas chulo que un 8 (tranvia de chulapones madrileños despues y antes de las verbenas)..
    6ºimagen…..teka, buenos fuegos suizos …..
    7ºimagen…..cuando las mangas cortas llegaron a los codos….
    PD…berlanga claro que si…..pienso en otro milagro: «milagro en milan»…vittorio de sica-1951…
    https://www.youtube.com/watch?v=uiZrdLaEgNs…gerry goffin &carole king..up on the roof…1962..(la voz es la de rudy lewis el solista the drifters, no la de gerry goffin, claro, jajajjj)……guapisima del todo……

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    • Alejandro Hermosilla

      1) Celebran la muerte de su adversario cuya cabeza sobresale cortada en el inferior derecho de la foto. Enterrada en la arena. 2) Dos cristianos asustados ante la salida de un león a las arenas del circo. 3) Típica instantánea de las que realizaba Don Balón en su mejor época. Sin color en este caso. 4) Un español nacido en Santander o Valladolid dispuesto a pelear contra dos nibelungos en la era medieval. Historia secundaria de un cómic del Capitán Trueno. 5) To er mundo er gueno.. y más los madridistas. Película de Ozores. 6) Carrera de 100 metros en un mitín realizado en una pista de atletismo de Amsterdam. 7) Lo de las mangas cortas es buenísimo. No me había dado cuenta. El estilismo chino llegando a Europa. PD: Me ha dejado absolutamente fascinado esta canción. Impresionante sensibilidad. Sin palabras. Quita el hipo. Guauuuu… Rudy lewis. Guauuuu

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Autor: Alejandro Hermosilla

Mi nombre (creo) es Alejandro Hermosilla. Amo la escritura de Thomas Bernhard, Salvador Elizondo, Antonin Artaud, Georges Bataille y Lautreamont.

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